7 consejos para viajar en Semana Santa
¿Eres de los que vas tachando los días en el calendario hasta el jueves marcado en rojo este mes de marzo? ¿Te vas a meter entre pecho y espalda una buena kilometrada para disfrutar de la Semana Santa?
No estás solo. Cada año más de 15 millones de personas deciden desplazarse en los 7 días con mayor número de movimientos del año. Por eso, y también por una cuestión simplemente estadística, hay mayor riesgo y tendremos que pensar más en la seguridad.
Te traemos 10 consejos para que viajes en Semana Santa con la máxima seguridad y disfrutes al máximo al volante de tu coche.
Comprueba los neumáticos de tu coche.
Los neumáticos son la única parte del vehículo que está en contacto con el firme. Su buen estado, y más en una estación que puede ser lluviosa como la primavera, es crucial. Se recomienda que su dibujo tenga al menos 2 mm. Aunque el límite legal son 1,6 mm te recomendamos que no apures tanto ya que la estabilidad del vehículo se puede ver comprometida.
Una comprobación rápida antes de salir es la de utilizar una moneda de Euro en el dibujo del neumático. Si cabe todo el aro dorado exterior, están en buen estado.
Sabiendo que los neumáticos están bien en su dibujo sólo bastará comprobar las presiones. Recuerda que al viajar cargado deberán ser las más altas mostradas por el fabricante en el libro de instrucciones (también suelen venir indicadas en una pegatina en la puerta del conductor o acompañante)
Comprueba los limpiaparabrisas.
A todos nos ha pasado alguna vez. Después de varias semanas utilizando el coche en seco, llueve y los limpiaparabrisas dejan un rastro que hasta nos impide conducir correctamente al limitarnos la visión.
Probarlos antes y cambiarlos si esto es así nos va a solucionar muchos dolores de cabeza si el viaje acaba pasado por agua.
Comprueba los niveles
Un vistazo rápido a la varilla del aceite y a los líquidos refrigerante y de limpiaparabrisas antes de salir nos puede ahorrar muchos problemas. Conducir con el aceite lubricante bajo es sinónimo de averías graves y costosas a medio plazo. Si la marca del aceite se queda corta es la hora de añadir más.
Recuerda medir el nivel del aceite con el coche parado, en una superficie sin pendiente y en frío.
Comprueba las luces
Comprobar todas las bombillas de nuestro vehículo es muy sencillo. Encender una a una y ver su funcionamiento ayudarán a prevenir problemas de última hora.
Su orientación también puede resultar clave conduciendo en tráfico con un carril por sentido. Recuerda que al llevar cargado el maletero la inclinación del morro sube y podemos deslumbrar a los vehículos que vienen de frente. Corregirlo en uno o dos puntos a través de la rueda de regulación solucionará el problema de inmediato.
Coloca bien la carga.
Sabemos que jugar al Tetris es sólo divertido cuando es en una máquina recreativa o en el teléfono móvil. Sin embargo, dedicarle un tiempo a la colocación de la carga en el maletero puede ser diferencial en el comportamiento del vehículo.
Por supuesto, evita no llevar objetos sueltos. A 50 kilómetros por hora el peso del objeto se puede multiplicar por 50, pudiendo causar graves lesiones a los ocupantes del vehículo. Si aun así tienes que llevar objetos en el interior, trata de que queden asegurados. Una buena posición puede ser debajo de los asientos. La mejor, en los huecos dispuestos por el fabricante en el habitáculo.
Planifica bien el viaje
Es el consejo estrella, el que repetirán todos los telediarios hasta la famosa operación salida. Planificar el viaje no solo nos va a evitar tener que pasar parte de nuestras vacaciones en un atasco, sino que también nos tendrá más frescos al volante y con mejor visibilidad.
¿Cómo? Evitando, por ejemplo, conducir justo después de salir de trabajar. Se calcula que ponerse al volante con cansancio es equivalente a tener un nivel importante de alcoholemia. El sueño disminuye nuestro nivel de atención y reflejos.
La posición del sol es algo también a tener muy en cuenta. La regla es sencilla: evitar conducir hacia el oeste al atardecer y hacia el este al amanecer para evitar tener el sol de cara.
Por supuesto, conducir de día siempre es mejor que hacerlo de noche. No obstante, si eres de los que tienes que ponerte en camino después de la puesta de sol, recuerda que la visión no es la misma y aumenta la distancia de seguridad.
Descansa
No conduzcas más de dos horas seguidas. Un café o refresco ayudará a continuar el resto de camino con la concentración intacta. Según estudios, la fatiga aumenta el riesgo de accidente un 12%.
En esta línea también tienes que tener en cuenta que hacia el final del camino se encuentra el mayor porcentaje de riego. Las ganas de llegar a destino, las retenciones o simplemente el cansancio acumulado pueden provocarnos problemas.