Coches de Ocasión Etiqueta Cero

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Etiquetas de la DGT, para identificar a los coches más contaminantes

La contaminación es uno de los principales frente de actuación en la industria del automóvil. Las normativas cada día son más estrictas y los fabricantes se ven obligados a desarrollar vehículos cada vez más eficientes. Motores de poca cilindrada, turbo, dos tipos de inyección, distribución variable… joyas técnicas y tecnológicas que dejarían con la boca abierta a más de un ingeniero hace no más de 15 o 20 años.

El automóvil es uno de los inventos más influyentes creado por los seres humanos, domina las calles de las ciudades y es uno de los actores más importantes en este ámbito. Por ello, las normativas son un poco más severas, aunque los fabricantes han sabido reaccionar a la perfección y han creado automóviles cuyo consumo y emisiones, son realmente bajos. Increíblemente bajos deberíamos decir.

Coches que, desde hace unos años, se identifican en España mediante un etiqueta, la cual permite una total libertad de movimientos por toda la geografía española. Muchas localidades de España, aquellas con mucha concentración de emisiones, han tenido que delimitar una zona, la llamada “zona de bajas emisiones”, donde los coches contaminantes no pueden entrar. Y para saber cuales son los más contaminantes, la Dirección General de Tráfico creó las etiquetas identificativas.

Etiqueta CERO, sin límites a la movilidad

Las etiquetas de la Dirección General de Tráfico se pusieron en marcha allá por 2016 y se buscaba controlar el acceso a los núcleos de población más grandes y contaminados, de coches muy contaminantes. Concretamente son cuatro distintivos, que se otorgan según la normativa de emisiones que cumpla el motor equipado por el coche y la tecnología aplicada a dicho propulsor. Básicamente, se puede resumir que las etiquetas se otorgan según el año de matriculación y el tipo de motor.

Como hemos dicho, son un total de cuatro y una de las más importantes y que permite la total libertad de movimientos es la etiqueta azul o etiqueta CERO. Mediante un adhesivo que se coloca en alguna parte del vehículo que no entorpezca la visibilidad (por lo general, en el lado inferior derecho del parabrisas), la etiqueta CERO identifica a los coches que no tienen emisiones o que tienen emisiones muy, muy bajas.

Es más, los vehículos con esta etiqueta, se benefician de la subvención del Plan Moves 3 para coches de segunda mano del Gobierno.

Integrados en esta categoría están, como cabe esperar, los coches eléctricos. Este tipo de automóviles no usan un motor de combustión interna (ni gasolina, ni diésel), emplean un motor eléctrico con unas baterías que se cargan conectándolas a una toma de corriente, como si fuera el teléfono móvil pero a lo bestia. Son motores que no tienen emisiones, ni siquiera hacen ruido al funcionar.

Al mismo tiempo, una etiqueta CERO identifica a los coches con motores de pila de combustible (o hidrógeno). Una tecnología que todavía está en desarrollo, pero promete ser el futuro lejano del automóvil. Básicamente, es un coche eléctrico que no se recarga, sino que obtiene su energía del hidrógeno.

La etiqueta CERO también identifica a los coches con motor híbrido enchufable e híbrido en serie con al menos 40 kilómetros de autonomía eléctrica. Estos últimos también se les conoce como eléctricos de autonomía extendida, aunque en realidad son híbridos al tener dos motores. Estos coches tienen unas baterías que les permiten recorrer decenas de kilómetros con el motor eléctrico (sin contaminar).

¿Qué ventajas ofrece la etiqueta CERO de la Dirección General de Tráfico?

Obviamente, comprar un vehículo que cuente con la etiqueta CERO tiene muchas ventajas. Así se ha diseñado esta forma de identificar a los coches en España, favorecer la compra de vehículos poco contaminantes y así, promover y potenciar la reducción de emisiones en los centros de población más grandes y congestionados de tráfico. Cuantos más coches con bajas emisiones haya en circulación, mejor para el medio ambiente y por tanto, mejor para nosotros.

Así, por tanto, la etiqueta CERO tiene las siguientes ventajas:

Los vehículos con etiqueta CERO están exentos del pago del impuesto de matriculación en determinadas comunidades.

En Madrid y Barcelona tienen una bonificación del 75% en el mal llamado impuesto de circulación (en realidad se llama impuesto a vehículos de tracción mecánica) y se aplica durante toda la vida de uso del vehículo.

Tanto en Madrid como en Barcelona, tienen ventajas a la hora de aparcar. En Madrid tienen un descuento del 50% en la zona SER (zona de estacionamiento regulado) y descuentos de hasta el 30% en peajes en Cataluña.

Pueden circular por el carril BUS/VAO, aunque sólo esté ocupado por una sola persona, cuando lo indique la señalización.

Pueden acceder al centro de Madrid sin que cosas como “Madrid Central” les afecte.

No se ven afectados por las restricciones de circulación por episodios de alta contaminación en ningún caso.

¿Cuándo interesa un coche con etiqueta CERO?

Hoy día pues parecer más complicado elegir un coche, pero nada más lejos de la realidad. En el fondo, todo sigue guiándose por la misma condición: el uso que se vaya a dar del coche. La única diferencia es que ahora se cuenta con una mayor oferta donde elegir y eso, por lo general, siempre es bueno.

Si estamos pensando en comprar un coche con etiqueta CERO, decidir entre cual elegir es muy sencillo, mucho más que en cualquier otra ocasión. Lo primero es descartar la pila de combustible, sólo hay dos coches en el mercado y cuestan más de 60.000 euros. De esta forma nos quedamos con dos opciones: eléctrico o híbrido enchufable.

Escoger el eléctrico es cuestión de tener o no, un enchufe cerca. Y no, no vale el de casa a no ser que quieras tener el coche conectado unas 16 horas. Se necesita un puerto de carga potente, un Wallbox como poco y para eso hace falta garaje o tener un punto de carga público al lado de casa. Otra opción es que tengamos cargador en el trabajo, lo que soluciona este punto de un golpe. Tan solo tener en cuenta los kilómetros que hacemos, porque los coches eléctricos no suelen tener mucha autonomía y si salimos de ciudad no siempre son interesante.

Los híbridos enchufables son un punto intermedio entre el eléctrico y el combustión interna. Son interesantes si hacemos muchos kilómetros por ciudad, pero también necesitamos hacer recorridos de largas distancias, algo para lo que un motor de combustión interna ahora mismo es imbatible. La combinación de motor de combustión interna y motor eléctrico ofrece una de las mejores soluciones actualmente.

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